Vecinos, especialistas y organizaciones no gubernamentales respiraron aliviados luego de que el gobierno de la Ciudad anunció que desestimaba el proyecto que había enviado a la Legislatura, que preveía quitar entre 2,5 y 5 hectáreas a la Reserva Ecológica Costanera Sur (RECS) para destinarlas a un estacionamiento de camiones que transportan residuos. Pasado el temblor, queda la Reserva, una perla ecosistémica a cinco minutos del microcentro porteño que hoy alberga a un 25% de las especies de aves que habitan todo el país, pero que también encierra desafíos e interrogantes a futuro.
El sábado pasado, bien temprano, mientras seguían la discusión entre los legisladores, un grupo de 60 socios de Aves Argentinas salió a recorrer este espacio natural urbano para llevar a cabo el VI Conteo General de Aves, actividad que repiten cada cuatro meses. En una sola mañana, relevaron 103 especies. "Durante todo el año suelen encontrarse más de 250 como mínimo, de las 1000 que hay en territorio argentino. Para ser un lugar que está tan cerca del centro de la ciudad, ornitológicamente es riquísimo, de las reservas naturales urbanas más importantes del mundo. Sólo para dar una idea, el Central Park de Nueva York tiene menos diversidad", grafica Francisco González Táboas, miembro de la organización.
Declarada en 2005 un sitio Ramsar, protegido por la convención que la reconoce como un humedal de importancia internacional, y sitio AICA (Área de Importancia Global para la Conservación de las Aves) según BirdLife International, la Reserva había sido un balneario abandonado hasta que en los '70 se buscó "ganarle tierras al río" volcando escombros, con la intención final de construir un Centro Administrativo de la Ciudad. El proyecto quedó en el olvido, y sobre esas ruinas empezó a crecer la naturaleza, ayudada por las lluvias y las semillas transportadas por las aves o diseminadas por el viento. El valioso ecosistema resultante dio pie a que el 5 de junio de 1986, a propuesta de la Fundación Vida Silvestre Argentina, Aves Argentinas y Amigos de la Tierra, se declarara al sitio Parque Natural y Zona de Reserva Ecológica. Cumple variados fines: ayudar a la regulación del ciclo hidrológico, estabilizar el clima y conservar la biodiversidad. Y recibe más de un millón de visitas al año.
Entre las aves más grandes y llamativas se puede observar en la Reserva al cisne de cuello negro, al coscoroba, la garza blanca, la garza mora y el hocó colorado. Hay patos como el sirirí pampa o el esquivo pato fierro, y algunas especies bien difíciles de avistar: el burrito colorado o el aguatero. Las más buscadas por los fotógrafos: la reinamora grande, el naranjero o el federal. "Hay muchas aves rapaces que son importantes controladores biológicos en la ciudad, ya que se alimentan de roedores y palomas, como el carancho, el gavilán mixto o el halconcito colorado. Y hasta el halcón peregrino, el animal más rápido del mundo, que llega a nuestro país en primavera", completa Táboas. A esta variedad se les suman nueve especies de anfibios, 23 de reptiles y diez de mamíferos, junto a unas 50 variedades de mariposas, insectos y 245 tipos de plantas y árboles.
Las 103 especies de aves halladas en un solo día marcan, sin embargo, un alerta respecto a relevamientos anteriores, si se tiene en cuenta que en octubre de 2013 fueron 121. La Laguna de los Coipos, que agrupa a un 70% de las aves avistadas, es la única de las cuatro de la RECS que tiene un plan de bombeo: costó 7 millones, debía estar terminado en 2013 y nunca se concluyó. "Quedó una especie de maquillaje. Hoy no se está enviando agua a las lagunas, y la mitad de los Coipos ya está seca", se lamenta Liliana Rodríguez, del Club de Observadores de Aves de la Reserva (CoaRecs). Táboas da el ejemplo de los flamencos: "Era la especie más llamativa, y dejó de verse por la falta de agua." «
Satisfacción y demandas
La Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Fundación Vida Silvestre Argentina, Amigos de la Tierra Argentina, Aves Argentinas y Greenpeace Argentina expresaron su “satisfacción” por la decisión del gobierno porteño de dar marcha atrás en el proyecto que quitaba tierras a la Reserva. Y le solicitaron “impulsar medidas que apunten a conservar sus humedales, controlar las especies invasoras, restaurar ecosistemas degradados y desarrollar actividades de educación ambiental”. Los especialistas enumeraron otros problemas que sufre la RECS: las podas indiscriminadas; las intervenciones (puestos de gimnasia, senderos cementados y alambrados que impiden el paso); la falta de control de perros que invaden y afectan la fauna autóctona; y los incendios. Desde su creación, hace 27 años, ya sufrió más de 300, en su mayoría intencionales.
http://beta.tiempo.infonews.com/nota/3394/mas-aves-y-menos-basura
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