Desde las laderas del cerro, es posible observar a diario el vuelo de algún cóndor andino. Un grupo de investigadores realiza un importante estudio sobre la especie, el cual contempla el monitoreo de individuos mediante transmisores satelitales GPS.
Las laderas del cerro Catedral se convirtieron en los últimos años en uno de los escenarios más importantes de la región para un grupo de investigadores que estudia diferentes aspectos de la biología del cóndor Andino. Y es que estas aves, consideradas las más grandes del mundo, vuelan a diario sobre los picos de la Cordillera de los Andes, donde la mayoría tiene sus nidos. Por ello, es habitual observarlos en la montaña en diversos momentos del año.
Pablo Alarcón es uno de los investigadores que integra este proyecto en el marco de sus estudios de posgrado (Universidad Nacional del Comahue-CONICET). “En particular, mi Tesis Doctoral está enfocada en el estudio del movimiento de la especie, aunque es parte de un proyecto más amplio que aborda otros aspectos de su biología, tales como la sanidad y la genética de las poblaciones bajo estudio; llevamos adelante este proyecto en colaboración con investigadores de institutos extranjeros, particularmente de España y Reino Unido, y gracias a los fondos provistos por el CONICET (Argentina), la Fundación BBVA (España) y The Peregrine Fund (USA)”, expresó.
Mediante el uso de técnicas satelitales, los investigadores son capaces de registrar la posición de cada individuo a intervalos de 15 minutos. Esta información les permitió determinar que las aves son capaces de volar más de 350 kilómetros en un mismo día, a velocidades que en ocasiones superan los 125 kilómetros por hora.
Según los especialistas, las trayectorias de movimiento alternan la Cordillera de los Andes, donde las aves nidifican, y la estepa, lugar en el que se alimentan. El rango latitudinal (norte-sur) alcanza los 800 kilómetros, en tanto que el longitudinal (este-oeste) oscila los 300 kilómetros.
Consultado sobre la cantidad de cóndores que pueden estar en Catedral, Alarcón indicó “es muy difícil determinarlo justamente debido a la magnitud de sus movimientos. Sin embargo, es probable que en Patagonia tengamos las poblaciones más grande de la especie”.
Los cóndores andinos están adaptados a utilizar el viento como medio de transporte. “Normalmente se los ve volar como si estuvieran dando vueltas alrededor de un espiral; lo que están haciendo en esos casos es aprovechar las corrientes térmicas para ganar altura, y una vez altos, trasladarse a una nueva térmica, así logran trasladarse sin percibir grandes gastos de energía”, expresó.
El grupo de investigadores llegó a Catedral luego de detectar que uno de los individuos monitoreados (una hembra adulta) nidifica en el valle del arroyo Rucaco, situado al este de las laderas del cerro Catedral. “Actualmente estamos instalando cámaras en los nidos para registrar el comportamiento de reproducción; creemos que las trayectorias de vuelo de los individuos son, al menos en parte, determinadas por el estado reproductivo en el que se encuentran, especialmente porque es son aves que presentan un ciclo de vida muy singular”, expresó Alarcón.
El ciclo reproductivo del cóndor Andino está entre los más largos de las aves. La pareja reproductora incuba un único huevo cada dos o tres años y durante aproximadamente dos meses (normalmente octubre y noviembre). Luego de nacer, el pichón permanece en el nido durante otros 6 meses. Recién durante el invierno (junio, julio y agosto), los pichones hacen sus primeros vuelos exploratorios en el área de nidificación, periodo en el que los padres deben aún ocuparse de proveerlos de alimento. La emancipación ocurre luego de aproximadamente 18 meses. “La fuerte dependencia de la cría supondría que los individuos reproductores deban organizar sus actividades diarias de manera distinta que aquellos no reproductores, cuestión que debería reflejarse en las trayectorias de movimiento de cada grupo”, indicó.
Alarcón finalmente expreso: “Los cóndores andinos son animales bastante 'curiosos' por lo que, para quienes transitan la montaña, es posible observarlos desde muy cerca. Son animales imponentes y en el cerro Catedral podemos disfrutar de ellos en todo su esplendor”.
Rasgos distintivos
• La edad se puede determinar por el color del plumaje; negro y blanco en los adultos y marrón en los juveniles.
• La cresta distingue a los machos, al igual que el mayor tamaño.
• Superan los 3 metros de envergadura y pesan más de 16 kilos.
• Son aves longevas; en cautiverio llegan a vivir 65 años.
• Son aves carroñeras; se alimentan de las carcasas de animales muertos.
• Actualmente habitan la Cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta Tierra del Fuego.
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