Un estudio con especies endémicas de México muestra cómo el aumento de temperatura esta afectando a su distribución y número
La tórtola de Socorro (Zenaida graysoni) es una ave andémica de México. Hasta hace unas décadas no era extraño verla en los cielos de la isla del mismo nombre, en el estado de Colima. Hoy es tan endémica que ya no se encuentra en libertad y para ver a los pocos centenares que quedan hay que ir a algún zoo. Aunque es un caso extremo, un estudio muestra que el país americano está perdiendo gran parte de su biodiversidad aviar. La causa vuelve a ser el calentamiento provocado por el cambio climático.
México alberga más de un centenar de aves endémicas. Son poblaciones que tienen áreas de distribución pequeñas y preferencias ecológicas muy especificas, por lo que son particularmente vulnerables a los cambios del ambiente. También en México está en marcha desde hace años aVerAves, una potente iniciativa de ciencia ciudadana para avistar y recabar datos sobre la distribución de las aves en tierras mexicanas. Combinando ambos hechos, la avifauna mexicana pueden ser el mejor sensor para medir el impacto del cambio climático a escala regional o local.
Un grupo de investigadores mexicanos y estadounidenses ha comparado la distribución de las aves endémicas que había hasta mediados del siglo pasado con los últimos datos obtenidos por aVerAves. De la primera época obtuvieron 331.000 registros con la especie y lugar de avistamiento. De la segunda, desde 2000, la plataforma de ciencia ciudadana contaba con casi 900.000 anotaciones. Así pudieron crear tres mapas de la avifauna mexicana: el del pasado, el del presente y un tercero destacando los cambios que ha habido en este tiempo.
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